¿Qué te parece que la Ley Celaá elimine el español como lengua vehicular en las escuelas?

A tenor de los resultados de la última encuesta, relacionada con la nueva Ley de Educación (LOMLOE o Ley Celaá) y sus novedades, ha quedado constatado que el tema no pasa desapercibido para nuestros votantes, al quedar como opción residual aquella que muestra indiferencia ante los cambios que comporta.

Solo el 2% de los votos no opinan ante un tema que, a nuestro entender, tiene gran trascendencia. La alusión a la eliminación del español como lengua vehicular en la enseñanza no olvida otros aspectos afectados por las modificaciones, como sucede con lo relacionado con la educación impartida en centros concertados o la educación especial, aunque nos hemos centrado en ese aspecto singular y de gran importancia que claudica ante el separatismo.

Para una cuarta parte de los votantes el tema es irrelevante para el presidente del Gobierno. Le da igual la pérdida de derechos, el redactado constitucional, el orgullo de tener, usar y aprender una lengua universal como la nuestra, quedando relegado todo a secundario cuando la verdadera prioridad de ese personaje es perdurar en la cresta de la ola y seguir disfrutando de su estatus, aunque sea sostenido por el comunismo rancio y los separatistas.

Y, para acabar, según la gran mayoría, en concreto el 72%, la eliminación del español en las aulas, como ha sucedido en otros tantos ámbitos de la mano de la permisividad y la complicidad con los apoyos del separatismo, no deja de ser otro elemento más de una estrategia de desgaste y destrucción de una nación como la española que, con la miopía de muchos, ha dejado el poder en manos de los que no tienen escrúpulos para gobernar aunque sea sumando apoyos con quienes tienen tras de sí una historia sanguinaria que los define, o con golpistas como los separatistas y, sin olvidar, la coalición con las políticas rancias y degradantes que abandera el comunismo enmascarado de los que viven como marqueses.