Encuesta 56
El derecho constitucional de participar en una convocatoria electoral ha sido el argumento del 8% de nuestros votantes, al consultarles la conveniencia de la presencia física ante las urnas de los positivos COVID en las elecciones autonómicas celebradas ayer 14F.
No cabe duda de que el derecho al voto debe ser reconocido. Pero en una situación de crisis sanitaria como la que vivimos, con alto riesgo de contagio de la población, se podían haber explorado otras opciones para ejercer dicho derecho. Seguro que existen opciones que, sin moverse de casa estando infectado o en cuarentena, permitiesen votar. El 36% de los votos se postulaban en dicho sentido, es decir, su negativa a la participación presencial de los afectados por la COVID ante las posibles consecuencias en términos de contagios que podría derivar.
La solución arbitrada de definir un tramo horario para hacer acto de presencia y votar estando infectado fue la elegida, pero ya se sabe que el anonimato y el interés de las personas por pasar desapercibidos, máxime en estos casos, puede haber supuesto muchos incumplimientos de esa franja, evitando ser reconocidos socialmente. Sin duda ha sido un factor que ha repercutido en el incremento del porcentaje del verdadero ganador ayer, la abstención constitucionalista. No olvidemos ni minusvaloremos el hecho de que los separatistas han ido a votar todos, no lo dudéis.
De hecho, el sentir mayoritario entre nuestros votantes en la encuesta, con el 56%, fue el de prorrogar la convocatoria para otro momento en el que la salud no se cuestionase y los efectos de la COVID estuviesen bajo control. Algo que, con las vacunaciones ya en marcha y a la espera de una velocidad de crucero de las mismas que demuestre buena gestión, podría alcanzarse en unos meses.
Consumada la fecha del 14F, disponiendo ya de los resultados definitivos, viviremos el supremacismo prepotente del separatismo sectario en su máximo esplendor. Con un apoyo real que va a la baja, pese a que no les habrá fallado ni el apuntador, han conseguido la mitad de los votos sobre una base de votantes de la mitad de los que estaban citados a las urnas. Pero esa minoría fanática aprovechará la apatía del constitucionalismo y el pasotismo de los que han preferido no jugársela ante posibles riesgos sanitarios, para gritarle al mundo que ellos son más. Lo harán sin pudor ni sentido del ridículo, porque ya sabemos la falta de vergüenza que les caracteriza. La hipocresía y lecturas interesadas de los acontecimientos, que tanto les caracteriza, pondrán encima de la mesa objetivos dolorosos que ya veremos el modo de digerirlos. Ahora toca aguantar y demostrar que somos más y mejores que ellos.
¿Qué opinas del voto presencial de positivos por COVID-19 el próximo 14F?
- - Me parece bien, todos tenemos derecho a votar. (8%)
- - Me parece mal, al poner en riesgo a la ciudadanía. (36%)
- - Las elecciones podían haberse aplazado, priorizando salud a poder. (56%)