Tiempos difíciles hacen hombres duros,
Hombres duros hacen tiempos fáciles,
Tiempos fáciles hacen hombres blandos,
y hombres blandos hacen tiempos difíciles.

Después de esta breve explicación, nos enfrentamos a una sociedad como la catalana que será víctima de la degradación social que sufre.

Vivimos en una sociedad que está destruyendo las clases productivas a costa de generar trabajadores públicos, de los que he hablado miles de veces. Una sociedad banal donde la gente llora por no tener el último iPhone, mientras a miles de autónomos se les pisa cobrando impuestos e impidiéndoles trabajar.

Ya es el día siguiente de las elecciones catalanas y cabe reflexionar porque la gente no se ha movilizado. La verdad es que la campaña de los partidos “constitucionalistas” en lugar de animar a votar, no han entendido que la población está cansada de falsas promesas y de traiciones, mientras que los separatistas tienen un objetivo.

A mí ya me empieza a molestar la palabra “convivencia”, yo no quiero vivir con funcionarios mediocres o pueblerinos que con aires de superioridad atacan o insultan al resto de compatriotas y para colmo los exprimen económicamente.

El españolismo, por lo general cree en unos valores del Estado de Bienestar, pero se ha dado cuenta que la Constitución de 1978, que reconoce a comunistas y separatistas le ha sido muy perjudicial para el desarrollo personal y el de la nación.

Hay una clara desvinculación psicológica entre el españolismo con las instituciones catalanas que, la verdad, en la práctica son una herramienta de Estado de facto. Porque históricamente los partidos políticos han regalado las competencias nacionales a los separatistas a costa de favores personales. Eso la gente ya lo sabe.

Yo no fui de los que votaron “a favor de”, sino que voto al partido opuesto “en contra de” y siempre voto lo que “pienso” que es lo más eficaz contra izquierdistas burgueses y separatistas. Pero la desmotivación ya me puede.

A mí ya no me pueden decir qué hay que votar, por las traiciones que ha habido, como el Pacto del Majestic (1996) o el abandono de Arrimadas (2017) y muchas personas le prestaron su voto para que hiciera frente a los separatistas. Pero mucha gente no era consciente de que a ella no le importaba la sociedad catalana y ni la del resto de España. Y por eso me gusta repetir que esta casada con un separatista. ¿Cómo les va hacer frente?

Mientras nosotros sufrimos, nuestros políticos recordemos que no son la solución sino parte del problema. Y los políticos separatistas sí han hecho los deberes desde el Plan 2000. Adoctrinando y creando redes clientelares mientras nosotros con abrazos y hablando de convivencia.

Los separatistas no conseguirán la secesión, sino que nuestros políticos se la acabarán dando, puede que tarden más o menos. Con la correspondiente crisis social, política y económica que sufriremos todos, pero claro los separatistas viven de exprimir el Estado de Bienestar.

Y esta vez no hablo del PSC ni del PSOE ni de sus votantes porque los catalogo como que son el mismo problema que los separatistas.

El españolismo tiene que dejar de pensar en la convivencia y en los abrazos con los separatistas, sino desaparecerémos de Cataluña.

Y sino nos organizamos, tendremos nuestra legítima destrucción.

El gran ganador de la noche electoral ha sido la abstención y tiene una explicación.

Víctor Milà