¿Crees que el PSOE pactará con BILDU el indulto de los presos terroristas de ETA?

Las palabras de Otegi reconociendo el dolor infringido por los asesinos de ETA, desmarcándose de la dramática época de pólvora y sangre, sabíamos todos que era una farsa interesada y muy teatral. Sólo hubo que esperar unas horas para que la realidad de sus pensamientos aflorara y nos clarificase la situación, devolviendo nuestras conciencias a los parámetros reales. Todo era una mera escenificación, con el interés por liberar a los presos como objetivo cierto.

Sus palabras insultantes, dando forma a una gran mentira solo creíble por ingenuos (con Zapatero al frente), se han visto acompañadas de manifestación y el apoyo de los que han sido los beneficiados directos de la política de concesiones y sumisión del Gobierno, obteniendo un inmerecido indulto que ahora quieren hacer extensivo a los cerca de 200 asesinos que todavía están encarcelados y que mataron por el fanatismo etarra.

Los inductores del golpismo catalán, libres por la bajeza moral del socialcomunismo gobernante, ahora dedican su tiempo a dar respaldo y apoyo a sus compañeros en el verdadero gobierno en la sombra de España. Un gobierno que, no olvidemos, los propios separatistas alardean y saben que está en sus manos.

Los que amamos España vivimos avergonzados por tener un presidente del Gobierno y unos ministros capaces de rebajarse y conceder al son de las exigencias de los que de verdad mandan, pero lo veraz es que el separatismo se frota las manos y se vanagloria del éxito y de los tiempos que corren, lo que garantiza continuidad a este Gobierno ridículo y sin escrúpulos.

Una evidencia chocante que ubica el mando en plaza, paradójicamente, en favor de los que tienen por objetivo destrozar el país. Coincidencia más tangible entre los separatistas y los patéticos socialcomunistas que ahora contaminan las instituciones nacionales.

La encuesta es clara. Solo confía en la palabra de Sánchez un paupérrimo 1%, descartando pactos con ETA y su brazo político. No olvidemos que, por normal, las palabras de este baloncestista reubicado en la política suelen ser, al inverso, la antesala de lo que ya se cuece y dice que no hará. Es mucha la experiencia acumulada con las mentiras de este singular personaje.

14 de cada 100 votos tienen claro que no se puede plantear siquiera la posibilidad de indultar a los que han matado y se han regocijado con el dolor, sin el mínimo arrepentimiento por su parte.

Nos queda el mayoritario 85% que sabe, como es del todo previsible, que para mantenerse en el poder y seguir ostentando la representación presidencial de España en el mundo son capaces de blanquear y de justificar cualquier acuerdo, aunque sea con unos matones que han causado el mayor daño posible en la sociedad vasca y por extensión en toda la sociedad española. La necesidad y el ego de unos inmerecidos gobernantes nos aboca a momentos sin parangón, en los que solo ellos se creen sus palabras, decisiones y gilipolleces.