Después de ver lo que ha pasado en Cádiz no he podido reflexionar mucho de qué tipo de gobierno traidor tenemos en España.

Mientras Yolanda Díaz cacarea a favor de los obreros, está en el mismo Ministerio de Trabajo que los perjudica.

Y por no decir que CC.OO. y UGT cobran 100 millones de euros de subvenciones en su sede y en la comisaría de la Vía Layetana no recibirá el apoyo económico para hacer las reformas en su sede, por los pactos del gobierno con los separatistas de ERC.

Estamos con un gobierno pendiente de las voluntades de los partidos, enfocado a la traición social a los ciudadanos españoles para poder mantenerse en el poder y eso es porque también la oposición en España no hace temer a los políticos del Gobierno.

Yo soy de las personas que reniegan de Adolfo Suárez porque el modelo de “Democracia” que hizo es totalmente inviable, porque antepuso los intereses de gente peligrosa para la sociedad, legalizando al PSOE, PCE, ERC, y Herri Batasuna, hoy con la transformación en EH-Bildu. Gente que en la práctica iban a intentar a destruir el modelo social cuando pudieran llegar al poder, tal como pasa actualmente.

Retomando el tema de los obreros de Cádiz, espero que sean conscientes y repitan que con los separatistas en los disturbios de Urquinaona no sacaron las tanquetas y cohibieron a los agentes que se intentaron defender de las agresiones.

Me hace gracia por, no decir me da rabia, que PODEMOS se intente poner un tanto defendiendo a los obreros de Cádiz cuando forman parte del mismo gobierno que los reprime.

¿Y para qué los reprime? ¿El comunismo es enemigo de los trabajadores?

Pues muy simple, porque los políticos socialistas y comunistas buscan un sistema público inmenso mientas que los trabajadores precisamente trabajan para tener su pertinente propiedad privada por supervivencia.

Hoy España está casi al borde de la destrucción por que valoramos demasiado la vida e intereses de nuestros políticos y nuestro sistema, donde la oposición no aplica la justicia a socialistas, comunistas y separatistas.

Tenemos que empezar a valorar que el estado tiene más valor que los derechos individuales, ya que con un sistema liberal es muy cómodo para los parásitos sociales y no beneficia a la Meritocracia.

Tenemos que tener como nación unos valores como el progreso real y la prosperidad de las clases productivas y para eso no nos debemos cohibir políticamente sin complejos a los que quieren mantener el sistema actual inviable.

No sólo por justicia, sino también por viabilidad, porque actualmente se está exprimiendo el Estado de Bienestar por los hijos del Frente Popular que provocó la Guerra Civil. Y para eso hay que prevenir esta vez, a ver si conseguimos echarlos.

Víctor Milà