“Nuestro gran patrimonio natural no se puede poner en riesgo por la conducta irresponsable e irrespetuosa de asesinos de España”

Siento un gran dolor al ver como se queman nuestros bosques. Es innegable el efecto del cambio climático y las consecuencias que trae consigo. La falta de lluvias está ocasionando un serio reajuste. Alteraciones de la normalidad que pueden suponer, incluso, cortes de suministro de agua doméstica en muchas poblaciones, sin ir más lejos la misma Barcelona.

Si no se produce un cambio en la climatología, volviendo a la realidad que supone la existencia de cuatro estaciones a lo largo del año, con frío cuando toca, calor cuando se le espera y lluvia en los momentos en que debe, la vida como la conocemos parece insostenible. Con los calores prematuros, olas de frío solamente puntuales y fugaces, más la falta de nubes descargando agua, la cosa pinta bastante mal.

Tanto es así que, en las condiciones actuales de nuestros bosques, el fuego tiene todas las de ganar si algún inconsciente pretende hacer de las suyas quemando nuestro patrimonio forestal.

Que un terrorista pirómano decida prender fuego a nuestros bosques merece un castigo ejemplar. Nuestra flora, nuestros bosques, nuestra fauna salvaje no se merece sufrir, viendo que se calcina su hábitat que ya está en condiciones de mínimos.

Nuestro gran patrimonio natural no se puede poner en riesgo por la conducta irresponsable e irrespetuosa de asesinos de España. No perdamos de vista que España también son sus prados, sus bosques, su paisaje, sus montañas, sus animales silvestres, su flora o la pureza de sus ríos.

Exigimos castigos ejemplares para los terroristas medioambientales. Los atentados contra la naturaleza requieren de medidas que pongan en valor lo que es de todos los españoles.

Cuidar nuestro ecosistema, así como proteger a todas las especies debe ser una prioridad. El humano forma parte de la naturaleza y hemos de lograr el equilibrio para que podamos convivir en este maravilloso país, por extensión todo nuestro planeta, de un modo sostenible y con futuro para las nuevas generaciones.

Castiguemos a los que queman los bosques y, por otro lado, permitamos a los que reciben subvenciones públicas, a cambio de nada, que se puedan realizar aportando su granito de arena al dedicar su tiempo para colaborar en el cuidado de nuestro inmenso patrimonio forestal. Parece coherente exigir algo a cambio y puede ser de gran utilidad el cuidado y limpieza de nuestros bosques. De ese modo todos ganamos y no se trata solo de recibir, sino que también conjugamos el verbo aportar.

Borja Dacalan

Artículo publicado en “ElCatalán.es”.