Si algo faltaba esta semana se ha redoblado la corrupción a límites jamás vistos en democracia. Un abanico de denuncias en la prensa recorre toda España y se multiplica cada hora. Europa ya investigando en su fiscalía anticorrupción… fondos europeos aplicados a tramas corruptas según las noticias y recordando también día a día donde están las partidas multimillonarias de dichos fondos.
No puedo relatar todos y cada uno de los casos de corrupción que aparecen en las informaciones periodísticas y que afectan a la mitad del Gobierno, a la presidenta del Congreso y a la misma mujer del presidente del Gobierno, así como a él mismo, pues en este momento ya se necesita el espacio de un libro. No exagero en absoluto. La trama corrupta es de no poder creer y con ramificaciones que ya apuntan a algo auténticamente inenarrable.
El presidente del Gobierno se va a Brasil y da una rueda de prensa que escandalizaría al más corrupto, y al más ducho en malas artes. Con una osadía digna de alguien abducido por un marciano que acaba de aterrizar en la tierra, tiene el aplomo de justificar que nada va con él y que son alucinaciones de los que no pertenecen al “progresismo“.
Mientras todo ello tiene a los españoles decentes de cualquier pensamiento boquiabiertos, se anuncia que la amnistía es un hecho, y que además donde se decía hasta hace horas desde el partido socialista y todo el gobierno que no se cambiaba nada del texto ya que era muy bueno, pues en los últimos minutos, como no, se han cambiado, claro, los aspectos necesarios para el blindaje total de los malhechores.
Esto es ya de no poder dar crédito. Quien decía que era inconstitucional la amnistía y que traería al prófugo a España para juzgarle y que no pactaría nunca con ellos – esto ya parece una broma -, es a quien voluntariamente le priva, y le pone, que le chantajeen, pues así compra y recompra su cargo, a un delincuente, a cambio de los votos necesarios. Igual que la compra de votos delictiva descubierta en Melilla y otras partes de España, pero ahora a lo grande. Ahora, la compra criminal de su cargo, por el mismísimo presidente del Gobierno, y comprado a un prófugo de la justicia con el que hay que llevar conversaciones secretas también, por exigencia del delincuente, en un país neutral y vigiladas por un mediador experto en guerrillas terroristas.
Ahora, la aprobación de una amnistía que redime inconstitucionalmente a unos delincuentes y los redime a la carta , con sus exigencias y hasta los más mínimos flecos delictivos… por si acaso. Una amnistía que ayer se admitió en la comisión de justicia a sabiendas de su inconstitucionalidad y habiendo empleado todos los quiebros y fraudes de la ley y de la mínima ética para salvar lo insalvable empezando por destruir al letrado mayor de las cortes por ser un impedimento insalvable.
Una amnistía que deja al descubierto que España no cumplía los requisitos de un estado de derecho y de una separación de poderes, y tampoco de una independencia judicial. Que tampoco las sentencias, las leyes, las decisiones del Gobierno, ni del parlamento fueron legítimas, como no lo fue el discurso del Rey parando un golpe de Estado.
Una amnistía que equipara la amnistía que, si se determinó por todos, – no está – al pasar de un régimen dictatorial a un régimen democrático. La equipara, ya que nuestra Constitución no la permite al ser una democracia, salvo que entráramos en Europa con una amnistía que no fue, con una Constitución que no fue, con unas leyes y jueces que no eran democráticos y con el resto de poderes que tampoco lo eran. Una amnistía en la que inmediatamente ayer sale el prófugo y delincuente a reafirmar la independencia, y su adlátere en Madrid, hace lo propio, para amenazar inmisericorde a los jueces.
Lo de el jueves consuma una sofisticada tecnología de readaptación de la ley a la carta para que dicha ley sirva a quien es jefe corrupto de Gobierno y traidor a los más mínimos fundamentos de la sociedad y a los más mínimos fundamentos de la democracia. Maduro a su lado, un aprendiz.
Son ciento veintiséis días consecutivos en los que los españoles de a pie, de cualquier tendencia e ideología nos manifestamos en Ferraz, en defensa de la unidad de España, en defensa de la igualdad de todos los españoles y por tanto, en contra de la amnistía, en defensa del Estado de Derecho y de los jueces y su independencia, en defensa de la libertad y en defensa de la democracia, y cedemos el testigo a Cibeles mañana sábado a las doce de la mañana, para gritar unidos por tantas razones que no caben en un libro para reclamar la dimisión del presidente del Gobierno. No hay precedentes de ello, Ferraz y Cibeles, en Europa, en defensa de la democracia.
Ya es la tercera gran manifestación de la sociedad civil en Cibeles en un año y ello es único. Hemos de acudir todos mañana a Cibeles y el resto de España unirnos desde cualquier rincón. Hemos de reivindicar la justicia, la verdad y la libertad. Mañana mismo por la tarde, volveremos a Ferraz, la sociedad civil, y seguiremos, pasado, al otro, y al otro… para salvar la democracia. Pasado mañana, el domingo a las 12:00 en la plaza de San Jaime, los catalanes saldrán en la Plaza de San Jaime, en defensa de toda España, en su enésima acción heroica, y a la vanguardia de la protección de la Constitución y la ley. Jamás un ataque al corazón de la democracia encabezado por este Gobierno, y el secuestro a España, va a triunfar.
Amalio de Marichalar
Artículo publicado en “ElCatalán”