¿Que opinas de que Cataluña se haya ofrecido para recoger a refugiados Afganos?

A estas alturas ya no nos sorprende lo más mínimo la evidente estrategia del poder separatista que copa Gobierno e instituciones en Cataluña. Por eso, 6 de cada 10 votos en la última encuesta (en concreto el 61%) tienen claro que la búsqueda de adeptos entre los agradecidos refugiados afganos está detrás de la propuesta de acogida formulada por el poder autonómico catalán.

No cabe duda de que hemos de apoyar a los afganos en su salida, de un modo coordinado y proporcional a las circunstancias de cada nación receptora, tras el ridículo de las fuerzas occidentales capitaneadas por EEUU y la toma del poder en Afganistán por parte de los talibanes. España debe acoger a las personas venidas desde Kabul que nos han ayudado durante este largo periodo como intérpretes o colaboradores. Ellos y sus familias son merecedores de salir del horror al que se aboca su país, tras dos décadas de desarrollo a costa de muchas vidas y recursos, que ahora está en manos del régimen talibán.

Pero dentro de España tenemos gente de todo tipo, al proponer la apertura de las puertas de sus feudos y posicionarse como receptores de personas llegadas de Afganistán. En el caso de nuestro gobierno regional se les ve el plumero, como tantas otras veces. Para los que solo tienen una cosa en la cabeza y viven de su autobombo y objetivo paranoico, estos recién llegados pueden verlos, en el medio plazo, como apoyos para alcanzar su meta. Esa puede ser la razón que justifica su conducta, camuflada en la fácilmente vendible imagen humanitaria. No nos olvidemos que, tan pronto pisen suelo catalán, les espera el kit mentalizador que absorbe y monopoliza la política en nuestra comunidad.

Al margen de ese voto mayoritario que vincula las acogidas con intenciones interesadas del régimen separatista, tenemos un alto porcentaje (el 34%) que se ha posicionado en contra de la llegada de más migrantes, completando el 100% con el restante 5% que está a favor de seguir abriendo nuestras puertas incondicionalmente.